lunes, 16 de agosto de 2010

En bici de Badajoz a Llerena

Aunque es un viaje de esta primavera y ya ha pasado algún tiempo, aquí os lo dejamos para futuras vacaciones.

Recorrido:
Badajoz - Llerena
Distancia:
400 kms.
Viajeras:
Marta
Yolanda
Patri

Después del largo invierno y a propuesta de Marta de irnos al sur en busca del sol, decidimos tirar para la dehesa extemeña, siguiendo más o menos una de las rutas del libro "España en bici", de Integral, estupendo manual cicloturista de principios de los 90, con cestos de mimbre en lugar de parrilla y alforjas, camisetas con encaje de puntilla en vez de fibras de última generación, ramos de florecillas en el manillar en vez de cuentakilómetros y sabios consejos como "cualquier excusa es buena para dejar de pedalear".
Pues estaban las dehesas llenas de excusas: primavera en pleno apogeo, chones negros tumbados al sol, yeguadas árabes y españolas, pueblos blancos para tomar cañitas y jamón ibérico... Pero en fin, que nosotras habíamos ido a hacer los deberes ciclistas de la temporada y no a la vida contemplativa.
El lunes recogimos a Marta en Salamanca y nos fuimos a dormir en la furgo a un pueblo de las afueras de Badajoz. Mientras cenábamos en un banco, la temperatura exterior en la calle ya era la mejor que se puede alcanzar una noche de verano en Reinosa y con mucha suerte.
A la mañana siguiente fuimos a la estación de autobuses. En una gran ciudad esto hubiera sido una locura pero en una pequeña como Badajoz, llegas, entras sin atascos, encuentras la estación casi sin preguntar, aparcas al lado sin pagar, y vas al bar y desayunas un café con leche, una perrunilla, y una estupenda tosta de pan con aceite de oliva riquísimo por 1,50. ¿Qué más podíamos pedir?
Y después de llenar la barriga, nos disfrazamos de ciclistas, montamos las alforjas y carretera y manta.
La idea inicial era llegar a Córdoba siguiendo la ruta del libro, pero según nos fuimos adentrando en la Sierra de Aracena y la Sierra Norte de Sevilla decidimos evitar la entrada a Córdoba y las cuatro horas de autobús de vuelta a Badajoz y seguir carreteando hasta Llerena, de nuevo en la provincia de Badajoz donde terminanos el viaje en bici.
Al final fueron cinco días de dar pedales, casi siempre por carreteras de servicio a las fincas de alcornoques y olivos o por secundarias muy poco transitadas. En esta zona no hay grandes desniveles pero Sierra Morena es un conjunto de pequeñas sierras suaves, y al final es un sube y baja constante.
Hicimos etapas hasta Jerez de los Caballeros, El Real de la Jara y San Nicolás del Puerto, donde dormimos dos noches y desde donde el viernes hicimos una vuelta circular sin alforjas. La última etapa desde San Nicolás a Llerena fueron 55 kilómetros épicos y al límite tras una pequeña intoxicación con agua de manantial milagroso...

Entre el Real de la Jara y Cazalla de la Sierra, con el embalse del Pintado al fondo.

Poblado de el Pintado

Poblado de El Pintado, pequeño conjunto de viviendas e instalaciones de servicio para el embalse de El Pintado. Una sensación parecida a "Dharma Iniciative" (para los seguidores de "Perdidos") pero con mucho mejor rollo. No parecía que hubiera nadie por allí, pero había una cantina abierta, con esta terracita al sol, acuarius y jamón ibérico, que era todo lo que necesitábamos.

Llegando a San Nicolás del Puerto por un tramo de vía verde.

Fin del viaje en Llerena. No teníamos mucha confianza en poder llevar las bicis en el bus sin problemas, pero como llegó con retraso, el conductor no tenía tiempo ni de mosquearse, así que ahí nos montamos las seis y con descuento incluido, porque el hombre pensó que alguna era de León (no supimos bien cuál era el vínculo) y por no pelearse más con la máquina de los billetes decidió no cobrarnos el porte de la bici.
Precio final del viaje desde Reinosa: 215 euros por cabeza, sin incluir el queso y el aceite extremeño.

Hoja de ruta. Puedes pinchar encima para ampliar.

sábado, 7 de agosto de 2010

El camino del Cid

Dos aventureros miembros de VeM, Abilio Fontaneda y Álvaro Carrasco, realizaron la Ruta del Cid. A continuación está su crónica del viaje.

EL CAMINO DEL CID (http://www.caminodelcid.org/)

Recorrimos la Ruta del Destierro empezando en Burgos, saltándonos el tramo de Vivar del Cid a Burgos, y llegando a Atienza, pedaleando los días 25, 26, 27 y 28 de julio, gracias a Álvaro Carrasco y su GPS, porque la señalización no siempre ayudaba. Muy bien, habrá que seguir.


Empezando en San Pedro de Cardeña y comprobando que no se le puede encargar a cualquiera tirar una foto.
Recriminando a la bici su falta de colaboración y la actitud negativa que comenzó mostrando.


Comprobando que el liderazgo del Cid sufrió altibajos y que, como en este tramo, quien mandaba era Babieca.














Aquí habíamos decidido que la toma de Valencia no era tan urgente.


Nuestro primer afán fue encontrar abrevaderos y los había buenos.


Pensando si serían asumibles las cuotas de hipoteca para establecer ahí la residencia.

Atienza: fin de la Ruta del Destierro.

miércoles, 12 de mayo de 2010

venticuatro horas


Hola a tod@s,
ya sabéis que ya está abierta la inscripción para la carrera de 24 H que hemos organizado para el 10 y 11 de julio. Pues nada, a difundirlo y animad a vuestros contactos a participar, que cuantos más seamos mejor lo pasaremos.

Toda la información e inscripciones

sábado, 10 de abril de 2010

Los cañones del Ebro (01/04/10)

Después de un invierno tan malo climatológicamente hablando para la práctica del ciclismo, iniciamos la temporada de rutas 2010 con una salida clásica de Valdeolea en Movimiento: los Cañones del Ebro el día de Jueves Santo.

Los siete magníficos ponen a punto sus monturas antes de comenzar la ruta en Orbaneja del Castillo, en una mañana fría que, poco a poco, fue mejorando para disfrutar de una gran jornada de mountain bike por un recorrido espectacular. Salimos por la margen derecha del Ebro hasta llegar a Quintanilla-Escalada.

El ascenso desde Pesquera de Ebro hasta Cortiguera se hace duro, pero permite contemplar el paisaje y luego, ya en el pueblo, admirar su rica arquitectura civil.















En esta ocasión no fuimos a Valdelateja por la ruta señalizada, sino que recorrimos todo el páramo hacia el Este para bajar por una trialera con unas vistas preciosas de Valdelateja y de la ermita de Santa Céntola y Elena en la meseta de Siero.














Desde Valdelateja volvimos a Pesquera de Ebro. Como era el segundo paso por este pueblo y, en homenaje a su nombre, lo celebramos comiendo unas sardinas con las que afrontar la dureza de la subida a Turzo. Esta se hizo bajo el formato de cronoescalada con recompensa especial: recuperarse en la solana charlando y contemplando las singulares construcciones de este pueblo burgalés, similares a los de Cantabria.












Después de la subida, la bajada hasta Orbaneja. Unos pudieron contemplar el paisaje y para los que bajaron a toda velocidad sin poder verlo, aquí tienen las fotos:

Y, como premio final, la comida de empanadas, que al ser Semana Santa, fueron todas de atún: cosas de la Cuaresma.

Y colorín, colorete, por la chimenea salió un cohete. Hasta la próxima.